Soul Reconnect – Coaching para personas con cáncer

cuánto duele

¡Cuánto duele!

Qué duro es ver marchar a algunas mujeres debido a un cáncer de mama metastásico. En mi caso, son varias ya. El otro día, se nos fue Natalia. Cuánto duele. Natalia era una amiga, una compañera y una maestra.

El primer encuentro

La conocí hace ya años, cuando ambas acabábamos de superar el cáncer de mama. Me llevaba un poco de ventaja tanto en lo que respecta a la evolución de la enfermedad como a su nivel de información y compromiso.

Natalia Tomasa

Quedamos para tomar un café, aunque ella no me conocía de nada, porque una amiga común me pasó sus datos.

A mí me había comenzado a aparecer un linfedema y me estaba planteando la posibilidad de operarme para hacer una reconstrucción de las conexiones de los ganglios que se llama anastomosis.

Permitiendo así el drenaje del excedente del líquido linfático que provocaba la inflamación del brazo.

La operación era novedosa y extremadamente cara, con un punto de riesgo, ya que no garantizaba resultados al 100%. Mi linfedema era leve y mis dudas inmensas.

Natalia ya se había operado con el mismo médico al que yo había ido a ver. Fue, desde el primer momento, extremadamente generosa al compartir su experiencia y dedicarme su tiempo.

No recuerdo bien hasta qué punto ese café influyó en mi decisión de no operarme. Sí la recuerdo a ella. A Natàlia, frente a ese café, energética y sonriente, compartiendo sus vivencias sin tapujos ni maquillajes.

El tiempo fue pasando. Cada una fue haciendo su camino. Nuestras trayectorias se separaron. Hasta que un día, al cabo de unos siete años, me la volví a encontrar.

El reencuentro

En colaboración con el centro de salud Vallcarca – Sant Gervasi y con el Grup Àgata, una asociación de mujeres con cáncer de mama que el COVID-19 se llevó por delante, habíamos puesto en marcha unos talleres de coaching para pacientes, algo que no se había hecho hasta entonces.

La aproximación a las pacientes de cáncer de mama desde el coaching para pacientes era nueva y diferente. Apelaba (y apela) a la responsabilidad, a la autonomía y a la capacidad de elección y decisión de la propia paciente. Trabajábamos (y trabajamos) desde el presente, con la realidad de cada una en ese momento, para centrarnos en el futuro.

Abordábamos distintos temas que considerábamos de interés para las pacientes, como la nutrición, la visita al médico, nuestro universo interior… siempre desde la perspectiva del empoderamiento. Dábamos algún contenido teórico, sí. Aunque lo fundamental era (y es) que cada participante pudiera tomar conciencia de cómo vivía ese tema para, a partir de ahí, poder elegir cómo quería recolocarlo.

Parte de Soul Reconnect

Natàlia se enamoró inmediatamente de este enfoque de trabajo, centrado en la persona y en nuestras capacidades. A lo largo de los seis talleres, participó con honestidad y valor, abriéndose a las propuestas y compartiendo experiencias y conocimientos.

Natàlia se enamoró inmediatamente de este enfoque de trabajo, centrado en la persona y en nuestras capacidades.

La recuerdo hablando con el resto del grupo. ¡Qué presencia tenía! Hacía aportaciones maravillosas, sin juicio y sin crítica. Cuando acabábamos cada sesión, se acercaba y me daba feedback de lo que más le había gustado o de lo que echaba de menos y creía que podíamos añadir.

Natàlia ya tenía cáncer de mama metastásico y, desde su experiencia, pensaba en el coaching de pacientes como una herramienta para ayudar a mujeres que, como ella, estaban en una situación diferente, mucho menos visible.

Sus comentarios y aportaciones incluyen perlas como aquella en que soltó: “Yo soy el CEO de mi grupo de médicos. Ellos trabajan para mí”. Me pareció brillante. Así era ella.

Yo soy el CEO de mi grupo de médicos. Ellos trabajan para mí.

Tras el último módulo del programa, se acercó a mí y me dijo, con esa sonrisa: “Yo de mayor quiero ser como tú. ¿Qué tengo que hacer?”

Seguimos en contacto a través de un grupo de WhatsApp con el resto de pacientes del programa de coaching. Quedamos de vez en cuando y fuimos a algunas charlas juntas.

Hace más o menos un año, cuando puse en marcha Soul Reconnect, presenté el proyecto en el grupo y envié unas propuestas de logo y acceso a la plataforma para que pudieran valorarlo y participar si querían.

Natàlia, una vez más, se ofreció. Vio los cursos, añadió su feedback y empezó, de nuevo, a crear desde la generosidad. Le ofrecí poner en marcha “El rincón del cáncer metastásico” en el blog, un lugar en el que pudiera expresarse. También le propuse ser nuestra paciente experta de forma activa en Soul Reconnect. De nuevo, dijo que sí.

Hace unos meses organizamos el primer curso de formación para profesionales acompañante de pacientes de cáncer de mama. Una de las últimas clases contó con la participación de Natàlia, que además de su testimonio, habló a las profesionales de las necesidades de las pacientes de cáncer metastásico.

No hace falta decir que despertó en todas ellas el mismo sentimiento de respeto, admiración y cariño que despertó en mí aquel día en esa cafetería.

Su marcha

Natàlia estaba trabajando en un nuevo post para Soul Reconnect, tenía planes, proyectos, ideas, ganas de aprender y de hacer miles de cosas con su gente querida. Estaba llena de amor, de dulzura, de paciencia.

De repente, se fue. Me enteré casi de rebote y me costó reaccionar. Fue una punzada, un recordatorio de una realidad que está ahí y no puedo ni quiero ignorar.

A veces pasa, llega el momento. Y no estamos preparadas. Natàlia es el ejemplo de que por muy presente que lo tengamos, pensar en ello no nos debe frenar. Al contrario, es el motor para seguir hacia delante, buscando vivir el tiempo que tenemos de la mejor manera posible, sabiendo que somos nosotras quienes decidimos cómo hacerlo.

A veces pasa, llega el momento. Y no estamos preparadas. Natàlia es el ejemplo de que por muy presente que lo tengamos, pensar en ello no nos debe frenar.

Ella vivió iluminando el camino de otras personas desde la suavidad y el respeto. Se ha ido y la noto más presente aún que antes. Como compañera, amiga y maestra que fue, siempre ocupará un espacio en mí que trataré de honrar a cada paso que dé.

 

Las ideas expresadas en este blog son de su autora, coach profesional y en su día paciente de cáncer de mama. Sus opiniones en ningún momento pretenden reemplazar la opinión y diagnóstico de un profesional de la medicina. 

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