Pasamos muchas horas de nuestra vida trabajando, en entornos más o menos amigables y que pueden hacernos disfrutar más o menos de esos momentos. Nuestra actividad profesional forma parte de nuestro día a día y se ve afectada cuando recibimos un diagnóstico de cáncer, de una manera que muchas veces resulta perturbadora. En este post te vamos a dar algunos consejos para que tu vuelta al trabajo sea satisfactoria.
La semana pasada os dábamos tips para ayudar a la empresa a recibir a una persona afectada de cáncer que se reincorpora a su trabajo. Hoy nos ponemos en el lugar de la persona que vuelve.
Hablar de cómo volver al trabajo tras un cáncer es de enorme importancia porque sabemos que más de un 60% de las personas con esta enfermedad afirman que trabajar es importante y es uno de los aspectos que da sentido en su vida (consulta nuestro post sobre cómo valoran las personas con cáncer su relación con el trabajo).
Más de un 60% de las personas con cáncer afirman que trabajar es importante y que es uno de los aspectos que da sentido en su vida.
Una vez recuperados del cáncer, plantearnos la vuelta al trabajo puede venir acompañada de miedos, dudas… A veces nos preguntamos si estaremos a la altura, si seremos capaces de aguantar el ritmo o si sentiremos la misma implicación hacia las tareas que ante nos gustaba realizar. También podemos pensar en cómo reaccionarán los compañeros y qué nos gustaría que nos dijeran, o no.
Ese miedo puede hacer que caigamos en pensamientos negativos y desmotivadores, al hacernos las famosas preguntas “y si…” con las que nos anticipamos a un futuro que seguramente no llegará.
¿Y si me echan… qué haré con mi tiempo?
¿Y si ya no valgo como antes?
¿Y si han contratado a alguien mejor que yo?
Entramos así en una espiral de la que es mejor salir cuanto antes, por varias razones: la primera, porque no nos ayuda en nada; y la segunda, porque se ha visto que el 90% del entorno de los trabajadores que se reincorporan tras un cáncer considera que a su vuelta, la persona es más productiva.
Para ayudarte en un momento tan delicado e importante como es el del tratamiento y posterior retorno a tu actividad profesional, te proponemos cinco “tips”.
1. Utilizar el parón para hacer aquello que no encontrabas el momento de hacer
La baja por cáncer no es en absoluto un momento agradable, habrá días bajos y otros más altos. Y en algunos momentos dispondrás de tiempo que puede escurrirse entre los dedos o se puede aprovechar de forma consciente, de la forma que más te apetezca, para crecer, disfrutar, mimarte un poco…
Hay un riesgo, una trampa… y es utilizar ese tiempo para darte más a los demás. Nuestra invitación es que te lo dediques a ti misma. ¿Qué te hace feliz y te hace sentir plena y satisfecha?
2. Redefinir la vuelta al trabajo
Tras una ausencia tan larga e intensa, en la que de alguna manera seguramente te has enfrentado a preguntas que evocan un final más o menos cercano, es posible que tus prioridades cambien.
Muchas personas reordenan sus prioridades y deciden, por ejemplo, trabajar menos y disfrutar de más tiempo libre. Otras se dan cuenta de que hay un nuevo departamento en la oficina que les atrae más y buscan ese cambio.
Puede ser que prefieran disponer de más dinero para poder hacer realidad esos sueños que hasta ahora no se habían permitido… A menudo, estas personas sienten la necesidad de buscar en su actividad profesional un sentido más profundo porque comprenden que el tiempo es limitado y no quieren emplearlo en actividades que no les hacen felices. Piensa en cómo te gustaría a ti redefinir tu vuelta. ¿Qué dejas y con qué te quedas?
3. Continuar redefiniendo: ¿Qué te quieres encontrar?
Se sabe que, cuando se trata del ambiente que se disfruta (o no) en el entorno de trabajo, todos los compañeros de oficina tienen una parte de responsabilidad.
Cuando sea el momento de volver, es importante que diseñes el lugar al que te gustaría ir, la forma en que te gustaría que te trataran tus compañeros, las preguntas que quieres o no que te hagan y, sobre todo, las propias reacciones.
¿Cómo quieres ir al trabajo? ¿Cuál será tu actitud? ¿Qué querrás construir en tu equipo? ¿Dónde están tus límites, esos que no vas a permitir que ni tú ni los demás crucen?
4. Identificar a alguien que sirva de apoyo en la vuelta: amigo/a, coach, familiar…
Es importante recordar que no se espera de ti que seas “super woman”. Sólo woman. Así que no caigas en ponerte demasiada presión. ¿Quién será tu apoyo cuando en el trabajo te sientas incomprendida, fuera de lugar, cansada o aburrida? Es fundamental encontrar un aliado, alguien que ayude en esos momentos que no se tienen por qué pasar sola.
5. Si necesitas hablar, HAZLO. Si necesitas ayuda, PÍDELA. Si algo te molesta, DILO
Permítete escuchar las propias necesidades y satisfacerlas. Cuántas personas necesitan recorrer un camino tan arduo como el del cáncer para, por fin, permitirse a sí mismas darse aquello que necesitan. Todos nos merecemos simplemente por ser, sin necesidad de demostrar nada.
Así que ya sabes, tu trabajo te espera ahí fuera y puedes acerarte a él como la persona inspiradora que eres, sin presiones o imposiciones ni del entorno ni, sobre todo, di ti mismo.
Durante este proceso de vuelta al trabajo no tienes por qué estar solo, nosotros te podemos acompañar a través de nuestras sesiones de coaching individual. Te ayudamos a empoderarte y a confiar en ti mismo.
Las ideas expresadas en este blog son de su autora, coach profesional y en su día paciente de cáncer de mama. Se basan en su experiencia y su formación. Sus opiniones en ningún momento pretenden reemplazar el diagnóstico y tratamiento propuesto por el equipo médico.